Energía
El tratamiento del agua residual está estrictamente controlado por las leyes nacionales e internacionales. El agua residual solo puede descargarse tras un desaceitado previo con sistemas de tratamiento especialmente aprobados. El contenido máximo de aceite no debe superar los 15 ppm. El límite se reduce hasta los 10 ppm en algunas zonas.
El agua aceitosa solo puede descargarse si el contenido en aceite del vertido es inferior a los 15 ppm. 15 partes de aceite por un millón de partes de agua parece poco, pero GEA cree que sigue siendo demasiado. Es más, la práctica nos enseña que este valor no se logra alcanzar en muchas centrales convencionales en condiciones prácticas de funcionamiento. Cuanto más podamos reducir este valor, mayor será el beneficio para nuestro medio ambiente.
El agua residual es una mezcla de los siguientes componentes:
El producto (es decir, el agua aceitosa sin excesiva emulsión) se aspira del tanque de agua aceitosa con una bomba de alimentación, atraviesa el filtro y el precalentador a través de la válvula de alimentación que va al separador. Durante el programa de puesta en marcha o de eyección se conduce de vuelta al tanque de agua aceitosa.
El producto circula desde la parte superior hasta el centro de la cubeta separadora. La fase de agua pesada se separa de las partículas de aceite más finas y luego se transporta a presión mediante una bomba centrípeta hasta la descarga.
Mostrar 2 de 2
Las bombas de inyección, también denominadas eyectores, son dispositivos para transportar, comprimir o mezclar los gases, vahos, líquidos o sólidos y para producir un vacío, cuya fuerza motriz proviene de un medio líquido o gaseoso.
Los separadores de GEA están diseñados para aplicaciones a base de líquidos. Utilizan fuerza centrífuga y se emplean para separar suspensiones que consisten de dos o más fases de distinta densidad; por ejemplo, pueden separar líquido-líquido, líquido-líquido-sólido o líquido-sólido. También son eficaces para separar mezclas líquidas a la vez que ...
El innovador proceso de GEA marca un hito en el pretratamiento de biocombustibles como el aceite vegetal hidrotratado y el combustible de aviación sostenible. Al eliminar el proceso de decoloración, los fabricantes se benefician de un importante potencial de ahorro: más de un 50% menos de costes operativos y hasta un 12% menos de emisiones de CO2.
El cambio climático y el aumento de la población mundial ejercen una presión cada vez mayor sobre la industria alimentaria, que consume mucha energía, para alimentar a más personas sin afectar aún más al planeta. George Shepherd, Global Technical Sustainability Manager de GEA, explica cómo GEA utiliza sus conocimientos de ingeniería para ayudar a los procesadores a producir de forma más sostenible y, al mismo tiempo, aumentar la productividad.